Estas son varias de las estrategias más eficaces para promover un buen clima laboral.
Una empresa nunca es la suma de todos sus empleados trabajando en paralelo. Es, en realidad, un ecosistema en el que todos los miembros de la organización se relacionan de manera más directa o más indirecta, haciendo que todas las personas que participan en ella compartan algo: una visión global de la entidad en la que trabajan, la cual ha sido “construida” a partir de las contribuciones constantes del capital humano de esta.
Esto es, dicho de manera resumida, el clima laboral: ese conjunto de emociones y sentimientos que generan una imagen global de la organización y que va más allá de la letra y de “lo oficial”. ¿Cómo se siente tu empresa? La respuesta a esta pregunta tiene mucho que ver con el modo en el que un conjunto de personas trabajando de manera coordinada puede seguir trabajando de manera viable y adaptándose a los retos que le salen al paso en su sector de actividad. Por suerte, existen estrategias para favorecer que ese clima laboral sea lo mejor posible dadas las circunstancias de una organización.
¿Para qué sirve promover un buen clima laboral en una organización?
El clima laboral de la organización es el conjunto de dinámicas de comportamiento y de comunicación que dan forma a las expectativas y a las emociones que predominan en el ambiente de cualquier empresa.
De este modo, el clima laboral es lo que hace que, sin tener que preguntar sobre ello o hablar específicamente sobre ese tema, todo el mundo tenga una idea aproximada acerca de lo que la organización requiere de sus miembros y lo que esta puede aportarles a corto, medio y largo plazo. Se apoya en la filosofía de trabajo sobre la que funciona la organización, pero va más allá de esta y da lugar a la imagen global que todo el mundo tiene del lugar en el que trabaja, y los sentimientos y emociones que se desprenden de esa imagen.
Se puede decir que el clima laboral tiene una gran influencia en la manera en la que los miembros de la plantilla de una organización interpretan lo que ocurre en ella; por ejemplo, un mismo evento destinado a generar bienestar en los trabajadores puede ser visto como un premio en una empresa y, en otra, ser visto como una estrategia para distraer de malas noticias que podrían estar aproximándose.
Así pues, estar generando uno u otro tipo de clima laboral está muy relacionado con el grado en el que los empleados de la organización se sienten bien en su puesto de trabajo, pero no solo eso. Además, afecta mucho a la capacidad de las empresas para conservar el talento y no depender de la rotación constante de trabajadores, para detectar y promover el aprendizaje y la promoción de empleados sin tener que buscar siempre fuera ciertos perfiles trabajadores especializados, evitar el absentismo laboral y las bajas por problemas de salud, favorecer una comunicación efectiva que permita detectar rápidamente los problemas, etc.
Independientemente de si el equipo directivo y/o el departamento de Recursos Humanos aplica estrategias y políticas para fomentar el bienestar de los trabajadores, el clima laboral es un elemento que existe e influye en las dinámicas de trabajo y comunicación entre los miembros de una empresa: actuar como si no estuviese ahí no la hace desaparecer, tan solo da lugar a la aparición de problemas. Así pues, dado que la existencia de un clima laboral es inherente a la actividad de toda organización, más vale tomar medidas para que este sea bueno y fomente el bienestar de la mayoría, más allá de ofrecer un sueldo y otra clase de incentivos monetarios.
Estrategias eficaces para mejorar el clima laboral de tu empresa
Estas son las principales decisiones estratégicas que puede adoptar una empresa para potenciar un buen clima laboral.
1. Dar acceso a servicios de terapia y asistencia psicológica
El apoyo de un equipo de profesionales de la psicología no solo sirve para ayudar a los empleados que han desarrollado trastornos diagnosticables (como por ejemplo la distimia, la agorafobia o una adicción); además, hace posible afrontar y superar otras formas de malestar más sutiles, como la baja autoestima, el estancamiento emocional, la crisis existencial, el estrés laboral vinculado a un exceso de perfeccionismo, y más.
2. Facilitar el aprendizaje en gestión de emociones
Aunque la psicoterapia es un contexto en el que es muy fácil aprender técnicas de gestión de las emociones de forma personalizada, hay otras iniciativas que permiten que grupos reducidos aprendan los fundamentos de algunas de ellas, de modo que las puedan empezar a usar de manera rápida y por su cuenta en cuestión de horas.
Por eso, ofrecer cursos y talleres de gestión de emociones ayuda a hacer que las personas tengan mayores facilidades para abordar las dificultades con las que se encuentran habitualmente dentro o fuera de su lugar de trabajo.
3. Establecer protocolos de mediación y negociación
Esto hace más sencillo abordar de manera ecuánime y constructiva los posibles conflictos que surgen en la empresa, tengan que ver con el trabajo o no.
4. Establecer canales de comunicación adaptables
Muchas empresas cometen el error de establecer pocos canales de comunicación formal o varios pero muy rígidos y de difícil acceso. Esto hace que muchas veces se detecten problemas en la manera de trabajar, pero no sean comunicados debido al esfuerzo inmediato que supondría tener que romper esas barreras, de modo que reina la pasividad.
5. Establecer un sistema de incentivos claro
Algunas empresas creen que aportar más incentivos es siempre bueno, pero esto es solo una verdad a medias. Por ejemplo, si en momentos clave aparecen “de la nada” premios y recompensas no previstas para una parte de la plantilla, esto puede ser visto como un trato de favor, fomentando que surjan rivalidades y reproches.
6. Aplicar políticas para facilitar la conciliación familiar
Si no se tiene en cuenta que en determinados momentos de la vida parte de los trabajadores necesitarán flexibilizar su horario de trabajo para atender necesidades y responsabilidades familiares, esto hará que vean el trabajo como un obstáculo.
7. No descuides la ergonomía
Experimentar incomodidad física en el puesto de trabajo es un aspecto que deteriora rápidamente el clima laboral, ya que da a entender que la empresa no respeta la salud y el bienestar de los trabajadores y solo quiere su fuerza de trabajo. Por eso, merece la pena no solo disponer de materiales cómodos y adaptados a las proporciones y características de las personas que trabajan en esos espacios; además, hay que tener una visión global de la ergonomía. Por ejemplo, no es suficiente con tener sillas que no causen dolor, también hay que saber cómo iluminar estancias para que los ojos no duelan desde los primeros minutos de actividad, cómo separar espacios de descanso y de trabajo, etc.
8. Informar claramente de las metas colectivas y reconocer los avances
Para fomentar que todo el mundo trabaje de manera coordinada, hay que mantener un plan de comunicación directa sobre las metas colectivas a alcanzar y apreciar positivamente los objetivos logrados. Esta clase de experiencias general sentido de pertenencia y dotan de sentido el trabajo realizado.
Fuente: https://psicologiaymente.com/organizaciones/estrategias-mejorar-clima-laboral-empresa