La escritura terapéutica, también llamada emocional o expresiva, es una técnica que se utiliza en Psicología desde los años 80 y que ha sido objeto de varias investigaciones, a través de las cuales se ha podido comprobar que escribir sobre nuestras emociones es particularmente beneficioso y una buena forma de afrontar los problemas.
Es cierto que en un primer momento se puede experimentar cierto grado de malestar y tristeza, pero los síntomas de ansiedad y depresión remiten rápidamente, así como los pensamientos indeseados y recurrentes. También mejoran las relaciones interpersonales, el desempeño en el área académica o laboral y las personas experimentan más emociones positivas.
Un estudio realizado en la Southern Methodist University descubrió que practicar la escritura terapéutica era eficaz para afrontar los problemas, ya que las personas que habían sido despedidas del trabajo y que escribían sobre sus sentimientos, se recuperaban más rápido que el resto. Además, más de un cuarto de las personas que habían practicado la escritura expresiva habían conseguido un nuevo empleo, a pesar de que habían acudido al mismo número de entrevistas que los demás.
El secreto de la escritura emocional radica en que nos permite darle un sentido a lo que estamos viviendo, integrar el evento traumático en nuestras experiencias de vida. Cuando escribimos, no solo logramos asimilar la experiencia, sino que también la despojamos de su impronta negativa y logramos adoptar una perspectiva más objetiva y racional. Por tanto, escribir expresando nuestras emociones nos ayuda a desarrollar una actitud más resiliente.
Cinco ejercicios de escritura terapéutica para afrontar los problemas
La escritura terapéutica, también llamada emocional o expresiva, es una técnica que se utiliza en Psicología desde los años 80 y que ha sido objeto de varias investigaciones, a través de las cuales se ha podido comprobar que escribir sobre nuestras emociones es particularmente beneficioso y una buena forma de afrontar los problemas.
Es cierto que en un primer momento se puede experimentar cierto grado de malestar y tristeza, pero los síntomas de ansiedad y depresión remiten rápidamente, así como los pensamientos indeseados y recurrentes. También mejoran las relaciones interpersonales, el desempeño en el área académica o laboral y las personas experimentan más emociones positivas.
Un estudio realizado en la Southern Methodist University descubrió que practicar la escritura terapéutica era eficaz para afrontar los problemas, ya que las personas que habían sido despedidas del trabajo y que escribían sobre sus sentimientos, se recuperaban más rápido que el resto. Además, más de un cuarto de las personas que habían practicado la escritura expresiva habían conseguido un nuevo empleo, a pesar de que habían acudido al mismo número de entrevistas que los demás.
El secreto de la escritura emocional radica en que nos permite darle un sentido a lo que estamos viviendo, integrar el evento traumático en nuestras experiencias de vida. Cuando escribimos, no solo logramos asimilar la experiencia, sino que también la despojamos de su impronta negativa y logramos adoptar una perspectiva más objetiva y racional. Por tanto, escribir expresando nuestras emociones nos ayuda a desarrollar una actitud más resiliente.
Ejercicios de escritura terapéutica para afrontar los problemas emocionales
Si te preocupa algún problema que te está afectando emocionalmente te recomiendo probar a poner en práctica la escritura emocional. Para ello te propongo estos ejercicios escribiendo durante unos 20 minutos, a lo largo de 5 días.
Concéntrate en la situación que te está afectando. Lo más importante es que cuando escribas, lo hagas sin detenerte y sin tener en cuenta las reglas gramaticales o sintácticas, porque solo así podrás dar rienda suelta a lo que sientes. Recuerda que se trata de un ejercicio de liberación emocional, no de una obra literaria.
Primer ejercicio: El objetivo es simplemente escribir sobre tus pensamientos y sentimientos más íntimos, relacionados con el suceso que te está afectando. Solo debes explorar el hecho en cuestión y escribir sobre cómo te ha afectado.
A medida que avances en la escritura, puedes comenzar a vincular ese hecho con otros aspectos de tu vida. Pregúntate cómo está vinculado a tu infancia, a tus padres o a las personas que han tenido un papel importante en tu vida.
Debes preguntarte cómo ese malestar está relacionado con tu vida actual y qué papel podría desempeñar en tu futuro. La idea es que busques vínculos entre ese acontecimiento y tu pasado, también debes encontrar una relación con la persona en la que te has convertido y con la persona que te gustaría ser en el futuro.
Segundo ejercicio: El segundo día deberás profundizar aún más en los sentimientos y pensamientos, para valorar el efecto que estos han tenido en las diferentes esferas de tu vida.
Valora como tu reacción ante ese acontecimiento ha podido afectarte e intenta determinar hasta qué punto has tenido responsabilidad en todo lo que ha sucedido. Sin embargo, ten en cuenta que no se trata de emprender una cacería de brujas en busca de culpables, sino tan solo de comprender tu nivel de responsabilidad, para que en el futuro no vuelvas a cometer los mismos errores.
Tercer ejercicio: Ha llegado el momento de comenzar a mirar hacia delante. En esos 20 minutos de escritura debes explorar la situación desde diferentes puntos de vista. Intenta asumir una perspectiva más racional, como si fueras un observador externo. Puedes ponerte en el lugar de diferentes personas y pensar en cómo ellas verían la situación que te preocupa. También es importante que escribas sobre los puntos que te hacen más vulnerable ante la adversidad, así aprendes a conocerte mejor.
Cuarto ejercicio: El cuarto día debes reflexionar sobre todo lo que has escrito. Revisa tus notas y valora si hay asuntos que has pasado por alto. Reflexiona sobre lo que has aprendido y ganado con esta experiencia. Escríbelo. También es importante que pienses en cómo ese evento ha determinado tu comportamiento y cómo podría ayudarte en el futuro.
Quinto ejercicio: El último día termina escribiendo una historia, aunque sea corta, como si fuera un cuento, en la que incluyas la situación que viviste. De esta forma lograrás darle un sentido a todos los aspectos relacionados con la experiencia dolorosa y esta perderá su impacto emocional.
¿Preparado/a para practicar la escritura terapéutica y sacarle todo el partido a esta técnica? Espero tus comentarios para saber cómo te ha ayudado a afrontar los problemas.