Con la llegada de la primavera la naturaleza se ilumina y estalla en colores y aromas, desaparecen ya los días sombríos y la necesidad de refugiarse. Contamos ahora con un incremento de la intensidad lumínica, temperatura elevada, más cantidad de horas de sol y cambios en los niveles de humedad y presión atmosférica.
Todos estos factores que hemos mencionado operan variaciones en nuestros ritmos circadianos o biorritmos que tenemos los seres vivos y que nos adaptan para el día y la noche.
Los ritmos circadianos, que nos preparan para la noche y el día, se alteran en primavera.
¿Cómo afecta la primavera a nuestro organismo y a nuestras emociones?
Nuestro sistema nervioso es muy sensible a los cambios en el clima, o en los horarios, y por ende, todos nos vemos afectados por estos cambios, aunque a cada cual le afecta de forma diferente.
Hay personas que se adaptan con rapidez y otros lo hacen poco a poco. También hay grupos de personas que se retrasan al asimilar estos cambios o bien se bloquea su adaptación debido a algunos motivos que veremos más adelante.
El aumento de la luz, causado por el incremento de la radiación solar, acarrea en las personas cambios hormonales que impactan en su estado emocional. El incremento de la melatonina y la serotonina potencian la vitalidad, la alegría, la sexualidad y por tanto, la fertilidad también.
Problemas de adaptación al cambio de estación
El buen tiempo produce deseo de realizar actividades al aire libre, promoviendo por tanto la socialización.
En algunas personas se produce un incremento del buen humor y, en otras, éste se perturba o inquieta.
La glándula pineal, en interacción con la luz solar, segrega melatonina que regula el sueño y la cantidad de horas que permanecemos en vigilia. La luz solar alcanza a esta glándula a través de nuestros ojos y piel.
Lo que para algunas personas acontece como una ventaja, para otros representa un grave problema que influye a aquellos que experimentan por ejemplo dificultades de relación social, como por ejemplo los que padecen fobia o ansiedad social o los que sufren timidez o inseguridad, o aquellos que se sienten acomplejados con su propio cuerpo, y que al vestirse con menor cantidad de ropa y exponerse más aumentan su sufrimiento. Lo mismo ocurre con personas que sufren agorafobia, que experimentan miedo a salir de las cuatro paredes de su hogar.
A algunos estudiantes también les puede influir negativamente, ya que pueden disminuir su rendimiento académico al sentir más vitalidad y deseo de disfrutar más del ocio al aire libre.
En las relaciones de pareja experimentan un aumento del deseo sexual y de la fertilidad y, en la vertiente negativa, en algunos tipos de personas puede desencadenar celos e infidelidades.
Depresión primaveral
También cabe mencionar aquí la popular «depresión primaveral«, trastorno leve y pasajero que acontece cuando nuestro cuerpo sufre dificultades de adaptación a los cambios de estación. Este trastorno se popularizó debido al contraste curioso entre una persona decaída y la naturaleza exultante.
Las estadísticas revelan que 1 de cada 10 personas la sufre en mayor o menor medida y que se produce más en mujeres que en hombres.
Este trastorno del estado de ánimo primaveral se caracteriza por la fatiga profunda y falta de energía para llevar a cabo las actividades cotidianas. También puede producirse una disminución del apetito y del sueño.
En primer lugar, se tendrá que descartar una causa orgánica, y en segundo lugar, se tendrá en cuenta que su duración es transitoria y breve (semanas o días) y suele remitir sin requerir atención especializada.
Este malestar mejora con salidas a caminar al aire libre, disfrutando de la belleza del clima y una alimentación saludable – frutas y verduras de estación-, tratando de mantener una vida ordenada.
También puede suceder al contrario: a algunas personas aumenta su bienestar hasta un grado de euforia exagerado, el aumento de vitalidad puede desembocar en problemas de ansiedad, de euforia o hiperactividad. Cabe destacar que en primavera, es más frecuente la fase maníaca del trastorno bipolar.
Fuente: https://www.psitam.com/2017/04/12/primavera-psicologia/