En el tratamiento de la depresión me encuentro muy a menudo que las personas que menos comprenden al enfermo son sus propios amigos o familiares. ¿Por qué? Tal vez porque al ser las personas que más quieren al enfermo se ponen nerviosos e impacientes contemplando el sufrimiento del ser querido. Estas personas a menudo se sienten perdidas en su afán de ayudar y a veces muestran comportamientos que no solo no ayudan sino que además hacen que el paciente se sienta peor.
He estado buscando y he encontrado ésta guía editada por la Consejería de salud de la Junta de Andalucía. Espero que pueda ayudar a amigos y familiares en su intento de ayudar a esa persona tan querida.