Recomendaciones para sacar partido de las vacaciones de verano gestionando el riesgo de contagio.
Con más de 173 millones de casos registrados y 3,75 millones de muertes, parece ser que la COVID-19 (enfermedad por coronavirus de 2019) por fin comienza a darle un respiro a la humanidad. Mientras que el verano del año 2020 estuvo caracterizado por reclusión, miedo, incertidumbre y ansiedad, la situación actual es muy diferente. Seguimos en pandemia, pero conocemos mejor al enemigo.
En países como Estados Unidos (con más de 33 millones de casos a lo largo de la pandemia y 595.300 muertes), a día de hoy se han administrado más de 303.923.660 vacunas. Junto con las campañas de vacunación llegan maravillosas noticias, pues se reportan cada día en estos momentos el 6% de casos registrados con respecto a la media del día más crítico en el país, el 8 de enero del 2021.
De todas formas, no podemos olvidar que en esta región, cada día, se producen más de 14.000 contagios nuevos. Mientras tanto, en zonas Mediterráneas como España, la cifra de contagios diarios se encuentra entre los 2.500 y 4.500, unos números bajos pero nada desdeñables. Aunque se vea la luz al final del túnel, el SARS-CoV-2 aún no nos ha abandonado. Por todos estos motivos, hoy te enseñamos cómo disfrutar el verano de forma adecuada frente a la COVID-19.
El verano en tiempos de COVID-19
Como hemos dicho, la estrategia de vacunación global está comenzando a frenar al virus de la COVID-19, pero no podemos olvidar que no todo el mundo se rige por el concepto y la visión de Occidente. Sin ir más lejos, en India se han registrado en el momento en el que se escriben estas líneas (9 de junio del 2021) 29,1 millones de casos, con unos 90.000 contagios más y 2.200 muertes cada 24 horas.
La pandemia está lejos de llegar a su fin, y por ello, es necesario seguir teniendo en cuenta ciertas recomendaciones durante el verano. A continuación te las mostramos.
1. Ponte la mascarilla en público
El ritmo reproductivo básico (R0) del virus SARS-CoV-2 es de 5,7 y se transmite mediante las gotículas respiratorias. Esto quiere decir que, de media, una persona enferma que no tome las medidas pertinentes infectará casi a otras 6 antes de sanar. Este R0 supera con creces a la Influenza, el ébola, la difteria y otros patógenos.
Se estima que, si un caso positivo estornuda o tose sin mascarilla a poca distancia de alguien sano no protegido, la probabilidad de contagio es del 90%. En cambio, si un positivo con mascarilla experimenta estertores y está cerca de alguien no infectado desprotegido, la tasa de contagio se reduce a un 5%. Si ambos llevan mascarillas, la probabilidad baja a un 1,5%, y llega a un 0% si además están a más de 2 metros de distancia.
Con estos datos queremos reflejar que, por molesta que sea, la mascarilla sigue siendo nuestra mejor aliada contra la COVID-19. Aunque el uso obligatorio de mascarilla por parte de personas vacunadas ya no sea obligatorio en algunas zonas, ten en cuenta que no todos los países, Estados o Comunidades Autónomas se rigen de la misma forma. Si quieres evitar problemas, la clave es sencilla: ponte la mascarilla en público.
2. Haz la maleta, pero con más consideraciones que antes
Estas vacaciones van a ser un poco diferentes para todos, pues la normalidad a la que estábamos acostumbrados aún nos queda lejos. Por ello, hay que prepararse para cualquier viaje teniendo en cuenta ciertos conceptos. Primero: a la hora de hacer tu maleta, no olvides bajo ningún concepto tu gel hidroalcohólico, con una concentración de alcohol de mínimo el 60%.
Si vas a un hotel o cualquier otro tipo de instalación que ha sido ocupada previamente por otras personas, siempre será buena idea llevar virucidas aptos para superficies homologados por instituciones sanitarias. Así, si desinfectas las zonas de uso más común (mesas, pomos de puertas, superficies del baño y la cocina), minimizas el riesgo de contagio. Todo hotel debería hacer esto antes de la llegada de un nuevo inquilino, pero nunca está de más prevenir.
Por último, recuerda llevar contigo abundantes mascarillas (mucho mejor si son FFP2) en el equipaje, pues seguramente las gastes a un ritmo más rápido que en una situación normal. El agua del mar, la tierra, la humedad y otros factores ambientales típicos de ambientes vacacionales harán que se deterioren más rápido.
3. Evita espacios cerrados
Muchas personas tienden a ver sus vacaciones como un periodo completamente exento de obligaciones: “mientras estoy de viaje, salgo a comer y cenar fuera todos los días”. Todo trabajador está en su derecho de exigir las comodidades máximas en su periodo vacacional, pero por desgracia, este año el virus hace muy difícil disfrutar de la hostelería y los espacios públicos 24 horas al día.
Como hemos dicho en apartados anteriores, el ritmo reproductivo básico del SARS-CoV-2 oscila un valor de 5,7 y el contagio se propicia mucho en espacios cerrados sin ventilación. Los bares y restaurantes son unas de las zonas más conflictivas en lo que a higiene y medidas generales se refiere, así que mejor limitar las comidas fuera del hotel o del lugar de estancia.
4. Infórmate del estado sanitario de tu lugar de visita
En muchas partes del mundo, el estado sanitario es bastante más alarmante que el reportado en Estados Unidos o ciertos países de la Unión Europea. Por suerte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pone a disposición del público un mapa con parte de la información epidemiológica que debes saber si quieres viajar a cualquier región del globo.
Más allá del mapa, infórmate por fuentes locales del estado de la ciudad, pueblo o localidad que quieras visitar. Lo que menos desea un turista es quedarse encerrado por un cierre de fronteras en un país que no es el suyo. Si no ves claro el panorama, mejor deja la visita a la zona de interés para otro momento.
Fuente: https://psicologiaymente.com/salud/como-disfrutar-verano-frente-covid