Veamos cómo se interviene en las discusiones de pareja desde la Terapia Focalizada en las Emociones.
Las relaciones íntimas son uno de los aspectos más importantes en nuestra vida; ahora bien, es humano que mientras compartimos la vida con nuestra pareja, surjan formas diferentes de ver y hacer las cosas, de enfrentar los problemas y de reaccionar ante los conflictos.
Ante este fenómeno, la Terapia Focalizada en las Emociones para parejas, creada por la Dra. Sue Johnson, ofrece soluciones: un camino al acercamiento sincero y a la aceptación tanto de uno/a mismo/a como del otro/a.
Basada en la teoría del apego, este proceso terapéutico acompaña a cada integrante de la pareja a redescubrirse a sí mismo y a su relación, apoyándolos en el trabajo conjunto de co-crear una receta única de amor: «Yo soy quien soy, mi pareja es quien es y juntos/as somos y creamos algo mucho más grande, genuino y muy personal». Una relación de pareja en amor a dos.
La gestión de las emociones en las relaciones de pareja
En contra de lo que nos han ensañado tradicionalmente, las emociones llamadas negativas (como el enfado) adquieren un significado positivo en la Terapia Focalizada en las Emociones (TFE). ¿Por qué? Porque indudablemente son signos de que la otra persona nos importa.
Las conductas que aprendemos para defender lo que es importante para cada uno/a de nosotros/as y lo que sentimos en nuestro interior, surgen especialmente en los momentos de conflicto y discusión. Estas emociones, lo que pensamos y cómo actuamos adquieren todo su sentido cuando podemos comprender no solo de donde vienen y qué tienen la función de protegernos, sino también cómo éstos activan también emociones, pensamientos y conductas en la pareja.
Así, las emociones siempre tienen significado si las vemos desde la teoría del apego, base fundamental de la TFE.
Las implicaciones psicológicas del apego
La Teoría del apego, según su creador y desarrollador John Bolwby, nos permite entender cómo los seres humanos necesitamos formar vínculos afectivos seguros con las personas que más nos importan y cómo las expresiones de enfado, angustia o depresión surgen cuando esa conexión se rompe o se pone en peligro. Es una teoría sobre las relaciones y el amor, esa conexión psicológica-emocional duradera, que da forma a nuestros comportamientos y nos sostiene a lo largo de nuestra vida. Esta conexión es una base segura desde la que podemos ser y hacer, experimentar la vida y sentirnos comprendidos y aceptados.
Cuando alguien es importante para nosotros, sentimos una conexión profunda que queremos mantener porque nos da estabilidad en todos los aspectos de nuestra vida. Y es así que cuando sentimos que esta conexión se rompe, reaccionamos. Reaccionamos ante la amenaza de perder esa conexión tan especial, reaccionamos con enfado, con tristeza e incluso con silencio, dependiendo de cada persona. Aparecen las discusiones porque sentimos que la persona más importante en nuestra vida no nos entiende y esto nos hace daño.
Al sentirnos distantes, vemos nuestro vínculo tan especial en peligro porque dejamos de sentir al otro/a. Como cada persona tiene la necesidad natural de sentirse amada y aceptada, cuando no es así nos volvemos más reactivos en nuestro intento de proteger lo que sentimos, nuestra vulnerabilidad: nos autoprotegemos alejándonos, desconectando, enfadándonos abiertamente o ambas.
Un bucle problemático
De esta manera, la base de seguridad que compartimos con nuestra pareja se daña con cada conflicto, y si no hay una resolución o un acercamiento, se deteriora y puede llegar a sentirse rota. Cuando algo hace que comience el conflicto, cada persona de la pareja siente algo por dentro y actúa para expresarse y proteger lo que siente; aparece un ciclo negativo en la forma de relacionarse que se repite una y otra vez en diferentes situaciones.
Este ciclo negativo es como una carretera de doble dirección, un «bucle»: lo que yo siento me hace pensar y sentir y hago algo para expresarme. Lo que yo hago mi pareja lo interpreta de una forma que también le lleva a pensar y sentir algo, generando una respuesta reactiva de protesta.
Esto que se repite una y otra vez en diferentes discusiones, nos pone en alerta de que podemos perder a la persona que más queremos, a la que se ha elegido como acompañante de vida. Por ejemplo, cuando tu pareja hace o dice algo y tú lo interpretas como que no te acepta, por fuera puedes mostrar enfado, por dentro está el miedo a no ser querido/a. Y en ese mismo instante, este enfado en ti despierta en tu pareja el pensamiento de que da igual lo que haga que nunca será suficiente, y se retrae, se aleja físicamente sintiendo también el miedo a no ser querido/a y perder lo más importante en su vida, tu amor.
Es entonces con este alejamiento de tu pareja, que tú sientes e interpretas que realmente no te acepta y sigues mostrando tu enfado con la desconexión… y el ciclo vuelve a empezar.
Una cosa es lo que realmente sentimos por dentro, otra cosa es como lo expresamos y lo que dejamos ver al otro/a. Lo que a cada uno/a le pasa por dentro y lo que cada uno/a expresa despierta algo en el otro que reacciona de vuelta, se mantiene así este ciclo negativo activo que los aleja Cuando realmente lo que quieren es acercase.
Fuente: https://psicologiaymente.com/pareja/discutes-mucho-con-pareja