1. Concepto de frustración.
La frustración es el sentimiento que surge cuando no logramos nuestros deseos. De acuerdo a la intensidad de la frustración y a nuestras propias características
personales, reaccionamos con molestia, ansiedad, angustia, depresión, enojo. La base del dolor no está en el dolor y la frustración que vivimos sino en nuestra actitud ante
ellos. Los psicólogos Jhon Dollard, Norman Miller. O. Hobart Mower y Robert Sears, definen la frustración como una condición que existe en el momento que un objetivo presenta
una interferencia. La frustración consiste en el bloqueo o la imposibilidad de lograr un objetivo y un concomitante sentimiento de disatisfacción. De hecho la frustración es una respuesta
primaria y natural a la percepción de una barrera o imposibilidad que nos impide alcanzar un objetivo.
2. ¿Cuándo se da y en qué consiste la baja tolerancia a la frustración?
La baja tolerancia a la frustración se da cuando un individuo se frustra muy fácilmente y tiene una falta de voluntad o incapacidad para tolerar el malestar necesario a corto
plazo que a veces se requiere para obtener beneficios a largo plazo. La baja tolerancia a la frustración es mucho más común en la sociedad occidental debido al ritmo rápido de vida, especialmente para conseguir lo que uno quiere en el menor lapso de tiempo posible.
En la baja tolerancia a la frustración las creencias tienden a ser inflexibles, muy rígidas, inútiles, ilógicas e incongruentes con la realidad.
La baja tolerancia a la frustración es una necesidad muy fuerte para expresar el malestar sin mucho pensar. Este tipo de reacción es normalmente una respuesta inadaptada a la frustración.
La reacción a una baja tolerancia a la frustración incluye típicamente añadir a la situación frustrante unos significados aún más negativos.
3. Proceso de baja tolerancia a la frustración.
Un niño no puede alcanzar lo que quiere o hacer lo que quiere y por tanto actúa exagerando como si la situación fuese totalmente insoportable. La impresión que tiene un niño sobre una situación de baja tolerancia a la frustración incluye varias combinaciones de palabras indicativas de la baja tolerancia: frases de rechazo (no quiero), frases de punición (culpar a otros o
una situación por la frustración), frases de angustia o palabras catastróficas (es insoportable, es demasiado, no lo puedo soportar, no lo puedo hacer), frases demandantes (no es justo, no debería), frases intolerantes (no puedo soportarlo), frases direccionadas a uno mismo (me odio).
El niño se comporta de una manera inadaptada a través de renuncias, lloriqueos y culpándose.
El lenguaje que se usa durante una situación de baja tolerancia a la frustración se desarrolla cotidianamente y puede reflejar los modelos de pensamiento familiares o culturales del tipo “no lo puedo soportar”.
Auto charlas de baja tolerancia a la frustración intensifican las sensaciones de estrés que pueden por lo tanto interferir con los normales procesos racionales. Tal proceso es frecuentemente circular, el estrés de las sensaciones de frustración puede disparar pensamiento de angustia y las interpretaciones negativas sobre no obtener lo que uno quiere pueden evocar sensaciones de frustración estresantes.
La baja tolerancia puede presentarse especialmente en niños en concomitancia con una baja autoestima y pueden tener consecuencias inadaptadas. Un niño con baja autoestima puede por lao tanto evitar retos propios de la edad y puede reaccionar de forma violenta en caso de sus problemas con sus coetáneos.
Todo esto puede resultar en otro círculo vicioso de frustración y autoestima negativa.
La baja tolerancia a la frustración puede desembocar automáticamente en un proceso habitual de disturbio a la frustración. Lo que distingue la baja tolerancia a la frustración y un disturbio de la frustración es la persistente y predecible calidad inadaptada de las reacciones habituales a la baja tolerancia a la frustración.
4. Factores que llevan a un disturbio de la baja tolerancia a la frustración.
1. Predisposición temperamental. Hay niños que tienen predisposición hacia una bajatolerancia a la frustración, una distorsión perceptiva para la ansiedad o la depresión.
2. Condiciones sociales. Existen ideas en occidente que pueden causar conflictos en los niños sobre la tolerancia a la frustración. “Adelante y consigue lo que puedas”, “evita
las tensiones si puedes “. Si un niño llega a creer que conseguir un objetivo libera tensiones, entonces se puede sentir muy frustrado cuando la excelencia no consigue
disipar las cuestiones.
3. Inadecuadas habilidades de un lenguaje expresivo emocional. Los niños que poseen un vocabulario restringido pueden no conseguir no encontrar las palabras para definir
correctamente sus deseos o su malestar. Todo esto puede añadir una frustración adicional a una situación que de por sí podría ya ser frustrante.
4. Modelos imitativos que demuestran un autocontrol débil. Un niño que crece en un ambiente donde las personas demuestran una baja tolerancia pueden fácilmente
imitar este modelo de conducta.
5. Mala interpretación de la señal. Los niños pueden malinterpretar el significado de la frustración. En lugar de usar la sensación para lograr una acción decidida y efectiva, el
niño puede interpretar la sensación como una señal para evitar la frustración y todos los estímulos frustrantes. En este caso debemos ayudar a los niños a ver la frustración
como un desafío para poder lograr una mejora.
6. Recompensa para la acción retardada. Los niños descubren que cuando renuncian a algo, inventan excusas o mienten, difícilmente vienen recompensados por su
comportamiento.
5. Características que presentan los niños con un bajo nivel de tolerancia a la frustración.
Los niños que tienen una baja tolerancia a la frustración presentan algunas características.
Dificultad para controlar las emociones.
Baja capacidad de flexibilidad y adaptabilidad.
Tendencia a pensar de forma muy radical. Solo blanco o negro.
Persistencia de la inflexibilidad y mala respuesta a la frustración a pesar de un alto nivel de motivación.
Episodios explosivos por motivos triviales.
Episodios de desmotivación frecuentes.
Manipulación. (Si no me ayudas ya no te quiero como antes).
Episodios de llanto por no poder lograr un objetivo.
6. REPT. (Racional emotive parents training).
Se trata de enseñar a los padres de familia el modelo de la emoción que se utiliza en la psicoterapia racional emotiva.
Se trata de guiar a los padres de familia a entender que la causa de sus emociones negativas (ira, ansiedad, depresión) se encuentra no tanto en los eventos que se verifican sino en la representación mental de dichos eventos, o seas, en la manera a través de la cual se perciben, se interpretan y se evalúan.
La intención es que los padres de familia puedan superar sus propios problemas emotivos sin que los mismos repercutan sobre el comportamiento de los niños. Por lo tanto podemos definir como objetivos de la REPT los siguientes:
Enseñar a los padres cómo aplicar el modelo de la emoción a los problemas emotivos de los niños para que los padres puedan ayudar a sus hijos a aprender a pensar racionalmente y a dominar las emociones negativas en lugar de ser dominados por ella.
Hacer que los padres de familia puedan adquirir las informaciones necesarias para comprender mejor el comportamiento del niño y corregir las certezas equivocadas de sus prácticas educativas.
Enseñar a los padres de familia la habilidad de “solving-problem” y procedimiento para poder enfrentar los problemas que causan los niños.
Manuel Bobis Reinoso.