Se conoce como salud mental al estado de equilibrio entre una persona y su entorno socio-cultural, lo que garantiza su participación laboral, intelectual y de relaciones para alcanzar un bienestar y calidad de vida.
La salud mental incluye nuestro bienestar emocional, psíquico y social. Afecta la forma en cómo pensamos, sentimos y actuamos cuando nos enfrentamos a la vida. También ayuda a determinar cómo manejamos el estrés, nos relacionamos con otras personas y tomamos decisiones. La salud mental es importante en todas las etapas de la vida, desde la infancia y la adolescencia hasta la edad adulta. Todos necesitamos cuidarla y cultivarla, y más en estos tiempos. Es un camino de pequeños pasos, de pequeñas metas, de pequeños gestos que contienen Salud Mental.
No existe una línea divisoria que separe con precisión a la persona mentalmente sana de la que no lo está. En verdad, existe toda una gama de grados de salud mental y no hay una característica singular que pueda tomarse aisladamente como evidencia de que se la posee. Por otra parte, tampoco la ausencia de uno de esos atributos puede admitirse como prueba de “enfermedad” mental. Más aún, nadie mantiene durante toda su vida las condiciones de una “buena” salud mental.
Cuidarse por fuera es igual de importante que cuidarse por dentro. Es por eso que no debemos menospreciar nuestra salud mental. Una parte importante de nuestro bienestar y calidad de vida depende de nuestro estado mental. Enfermedades como el estrés, la ansiedad o la depresión pueden perjudicar nuestras relaciones del día a día y también nuestra salud. Por eso el equilibrio y bienestar mental es importante, algo que puedes alcanzar con la ayuda de un profesional.