Existe un espectro muy amplio de síntomas de ansiedad, además podemos distinguir entre síntomas cognitivos o de pensamiento y síntomas físicos. La ansiedad forma parte de la condición humana y sirve para afrontar situaciones de peligro o riesgo. Sin embargo, cuando es demasiado intensa, se convierte en una fuente de sufrimiento que es necesario controlar. La ansiedad se convierte en un problema cuando los síntomas son:
- Graves y desagradables.
- Duran mucho.
- Ocurren con demasiada frecuencia.
- Si aparecen ante situaciones que realmente no deberían ser estresantes.
- Si nos impiden hacer lo que queremos.
La ansiedad nos afecta en cómo pensamos, en lo que hacemos y cómo reacciona nuestro cuerpo. En lo que pensamos con pensamientos automáticos catastrofistas que no reflejan la realidad, en cómo actuamos porque nos hace evitar aquellos estímulos temidos en muchas ocasiones irracionalmente y físicamente con reacciones desagradables de nuestro cuerpo. De acuerdo con la teoría conductista, la angustia es una respuesta condicionada a un estímulo ambiental; las personas afectadas por la ansiedad han sobregeneralizado sus temores y han aprendido, por imitación, a responder ansiosamente. La imitación proviene de respuestas semejantes de sus padres, cuidadores o figuras importantes; en consecuencia, las respuestas de los ansiosos son valoraciones que exceden la peligrosidad de las situaciones, y subestiman sus propias habilidades para enfrentar esas amenazas.
Hay muchos posibles factores desencadenantes de la ansiedad. A menudo se inicia durante periodos de estrés físico o psíquico.
Quiero a continuación enumerarte los distintos síntomas de ansiedad.
Síntomas cognitivos:
- Incapacidad de relajarse
- Miedo a que suceda lo peor
- Terrores
- Nerviosismo
- Miedo a perder el control
- Miedo a morirse
- Preocupación extrema
- Espera de un peligro indeterminado
- Fobias
- Dificultad de concentración
- Obsesiones
- Miedo al transporte
- Miedo a salir sin compañía
Síntomas físicos:
- Hormigueo o entumecimiento
- Sensación de calor
- Temblor de piernas
- Mareo o aturdimiento
- Sensación de inestabilidad e inseguridad física
- Palpitaciones o taquicardia
- Sensación de ahogo
- Temblores de manos
- Temblor generalizado o estremecimiento
- Dificultad para respirar
- Sobresaltos
- Molestias digestivas o abdominales
- Palidez
- Rubor facial
- Sudoración (no debida al calor)
- Erupción cutánea
- Pérdida de cabello (no debida a alopecia masculina)
- Nauseas y vómitos
- Rigidez muscular
Para considerar que tienes la ansiedad alta no es preciso que sufras toda la sintomatología descrita anteriormente, pero sin duda cuantos más síntomas padezcas y con mayor severidad, más alto será tu nivel de ansiedad.
El tratamiento psicoterapéutico de la ansiedad pretende reforzar los mecanismos de defensa, aumentar la fortaleza del yo y lograr que el paciente utilice los aspectos emocionalmente correctivos de la relación con el terapeuta, para lograr una compresión mejor de la naturaleza, frecuentemente inadecuada, de sus propias relaciones interpersonales.
La ansiedad está considerada como la epidemia del siglo XXI, de hecho el mayor porcentaje con gran diferencia de las consultas que se me hacen se refieren a este mal. Afortunadamente existen tratamientos psicológicos muy efectivos. ¡Anímate a tratarla!