Una serie de hábitos para reducir el estrés en la vida cotidiana de manera sencilla.
El estrés se ha convertido en una tónica habitual para algunas personas viven constantemente en un estado de estrés ya sea causado por su situación laboral, emocional o por ambas.
En la mayoría de ocasiones, el estrés nos impide realizar correctamente nuestras actividades diarias y lo cierto es que según los expertos, una exposición prolongada a niveles muy altos de estrés puede repercutir muy negativamente en la vida de las personas.
Por suerte, en la actualidad podemos llevar a cabo una serie de hábitos muy útiles para el día a día con los que empezar a reducir nuestros niveles de estrés e iniciar una plena, vida saludable y más relajada.
Hábitos para reducir el estrés en la vida cotidiana
Si estás atravesando una situación estresante y deseas conocerlos para ponerlos en práctica, aquí encontrarás las principales claves más recomendables que podemos poner en práctica para reducir el estrés.
1. Dormir las horas necesarias
Tener un sueño reparador durante la noche es altamente recomendable para rendir correctamente durante las horas de trabajo y culminar con éxito todas las tareas o actividades que debamos realizar durante el día.
Los profesionales de la salud recomiendan dormir entre 7 y 8 horas diarias para lograr un sueño reparador, aunque algunas personas necesitan algunas más o menos para sentirse descansados a la mañana siguiente.
Lo importante es mantener un horario más o menos constante de una semana para otra, es decir, acostarse y levantarse más o menos a la misma hora e impedir que otras actividades nos distraigan a la hora de ir a dormir a nuestra hora.
2. Hábitos para conciliar el sueño
Algunas personas tienen verdaderas dificultades para dormirse en un tiempo breve. Esto es un problema, entre otras cosas porque la falta de sueño nos vuelve mucho más vulnerables a la ansiedad y al estrés; al estar menos equipados para hacer frente a los retos de la ida diaria, sentimos que debemos «compensar» estando muy alerta.
Es en estos casos se aconseja llevar a cabo rutinas de conciliación del sueño todas las noches, es decir, hábitos que nos relajen en las horas previas de ir a dormir y nos predisponen para conciliar el sueño.
Algunos de estos hábitos pueden ser: leer un rato antes de acostarse, tomar una infusión relajante, tomar un baño de agua caliente, cenar poco, escuchar música tranquila o tomar un vaso de leche caliente.
De igual manera existen algunas actividades poco recomendables, como tomar una cena copiosa, hacer ejercicio o estar mucho rato viendo la pantalla del móvil o del televisor poco antes de la hora de acostarse.
3. Organizar horarios
Como hemos dicho anteriormente, el establecimiento de horarios constantes y regulares a lo largo de la semana nos permitirá tener una idea más clara en nuestra cabeza del día que tenemos por delante y también resulta de gran utilidad para planificar las distintas tareas que debemos llevar a cabo en el día de hoy o en el siguiente.
La organización es un requisito indispensable para llevar a cabo con éxito cualquier actividad y también es muy recomendable para organizar nuestra vida de manera tranquila, algo que sin duda ayudará a reducir nuestros niveles de estrés.
4. La importancia del tiempo libre
Después de una larga jornada de trabajo todos necesitamos un tiempo para desconectar de las obligaciones diarias y relajarnos un poco. De esta manera podemos reducir nuestros niveles de estrés y dedicar un tiempo al ocio o al bienestar personal.
El tiempo libre es esencial para recuperar energías y evitar cualquier tipo de problema asociado a un exceso de trabajo, como puede ser el Síndrome de Burnout o Síndrome del Trabajador Quemado, una alteración que afecta gravemente a la salud mental de la persona.
Por eso es tan necesario buscar tiempo todos los días para realizar actividades que nos llenen a nivel personal, como por ejemplo realizar algún deporte, escribir, pasear o practicar nuestro hobby favorito.
Además de reducir el estrés, las horas dedicadas al tiempo libre también sirven para mejorar nuestro estado anímico y repercute positivamente sobre cualquier ámbito de nuestra salud mental y física.
5. Mantener una vida social plena
De igual manera, las personas también necesitamos mantener el contacto social con nuestros amigos, pareja o familiares, contacto que aumenta nuestros niveles de bienestar y felicidad.
Y es que las relaciones sociales nos hacen sentir mejor con nosotros mismos, por eso nos es necesario como seres humanos cuidar diariamente la relación con la pareja, los amigos o la familia. Por el contrario, el aislamiento contribuye a que nos sintamos peor y que nuestros niveles de malestar o estrés sean mayores.
Tener un contacto estrecho con nuestros allegados y compartir tanto problemas que pueden surgir en el día a día como los éxitos y las buenas noticias diarias también es una buena forma de reducir los niveles de estrés causados por las exigencias profesionales.
Verbalizar nuestros problemas en una conversación con alguien querido o escribirlos en un papel son buenas formas de mejorar nuestros niveles de estrés, ya que ayudan a acotar y a limitar conceptualmente el origen y el alcance del problema que os preocupa.
6. Practicar técnicas de relajación
Las técnicas de relajación han resultado muy útiles para reducir los niveles de estrés diarios y algunas de ellas han demostrado su efectividad en el ámbito de la experimentación científica, como son los casos del Mindfulness y la Relajación Muscular Progresiva de Jacobson.
El Mindfulness o Atención Plena está basado en la meditación tradicional hindú y consiste en centrarse únicamente en la propia persona y en el momento presente y en vaciar la mente de pensamientos del pasado, presente o de cualquier contenido que no sea el aquí y el ahora.
Por otra parte la Relajación Muscular Progresiva de Jacobson es otra técnica de gran utilidad que puede ser utilizada en nuestro día a día y que consiste en relajar de manera consciente todos los músculos del cuerpo realizando en cada uno de ellos ejercicios voluntarios de tensión y relajación alternada.
7. Hacer ejercicio
La actividad física diaria también es necesaria para llevar una vida saludable a todos los niveles, es por eso que los profesionales de la salud recomiendan hacer ejercicio físico moderado, principalmente si es aeróbico.
La realización de cualquier actividad física más o menos intensa nos ayuda a estar sanos a nivel físico y también en el ámbito mental y psicológico, reduciendo de igual manera los niveles de estrés, ansiedad o malestar en general.
8. Tener aficiones estimulantes
Como se ha indicado, las aficiones personales que podamos tener cada uno son esenciales para reducir nuestros niveles de estrés diario y desconectar durante un tiempo después del trabajo.
En relación a esto, es importante destacar que las aficiones estimulantes y que requieren una implicación emocional o intelectual mayor son aquellas que resultan más satisfactorias de realizar y permiten aliviar tensiones; por ejemplo aprender algún idioma, construir maquetas, pintar, escribir o implicarse durante un tiempo algún proyecto social.
9. Cambiar la alimentación
Cambiar los hábitos diarios de alimentación ha ayudado a muchas personas a reducir sus niveles de estrés; y es que con la ayuda de un profesional de la salud, podremos lograr una alimentación que contribuya a vivir de manera más relajada.
Algunas recomendaciones a este respecto puede ser: tomar menos café o directamente reemplazarlo por el té, comer más frutos secos, verduras o cítricos y cambiar las comidas procesadas por alimentos frescos y saludables.
10. Ser realistas con nuestras capacidades
Algunas personas viven con un gran nivel de estrés porque creen que son capaces de hacer todas las tareas que se propongan durante el día sin importar las circunstancias coyunturales que se van sucediendo.
Una buena forma de reducir el estrés también consiste en no exigirse demasiado hasta niveles imposibles y tener en cuenta las propias limitaciones de cada uno cuando sea necesario, sin que eso suponga un detrimento en la realización exitosa del trabajo diario.
Fuente: https://psicologiaymente.com/clinica/habitos-reducir-estres