Las claves y las vías de intervención terapéutica del TDAH en adultos desde un enfoque integral.
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) afecta la vida de muchos adultos, a pesar de ser comúnmente asociado con la infancia (Kooij et al., 2010). Un diagnóstico temprano y adecuado es fundamental para mejorar la calidad de vida y funcionamiento en el ámbito laboral y personal de las personas afectadas.
En este artículo, se presenta un enfoque integral que aborda las bases neurofisiológicas, cognitivo-conductuales y humanistas-existenciales del TDAH en adultos, así como el tratamiento y seguimiento.
Un enfoque integram sobre el TDAH en personas adultas
El diagnóstico adecuado del TDAH en adultos requiere una evaluación exhaustiva que incluya la historia clínica, el funcionamiento actual y la evaluación de síntomas específicos (Faraone et al., 2015). En todo el mundo, el TDAH afecta aproximadamente al 2.5-4.4% de la población adulta, pero muchos adultos no han sido diagnosticados ni tratados adecuadamente (Simon et al., 2009; Kessler et al., 2006). La falta de detección oportuna del trastorno puede dar lugar a una serie de problemas en la vida adulta, como dificultades en el ámbito laboral, el entorno familiar y social, y la salud mental en general.
Efectos del TDAH en la conducta y en el cerebro del adulto
Las alteraciones cerebrales identificadas en individuos con TDAH afectan principalmente la corteza prefrontal y el sistema de neurotransmisores dopaminérgicos y noradrenérgicos, lo que puede contribuir a los síntomas de atención, hiperactividad e impulsividad (Faraone et al., 2015). Estas anomalías neurobiológicas pueden generar dificultades en la regulación de las emociones y la toma de decisiones, así como en el control de los impulsos y la capacidad de mantener el foco en tareas y objetivos a largo plazo (Swanson et al., 2008).
Además, las personas con TDAH pueden enfrentar dificultades cognitivas como problemas en la organización de tareas, la planificación y el establecimiento de prioridades, lo que puede generar comportamientos desadaptativos y problemas en las relaciones interpersonales (Barkley, 2010). También pueden experimentar dificultades en el aprendizaje y el rendimiento académico, lo que puede limitar sus oportunidades laborales y profesionales a lo largo de la vida (DuPaul et al., 2009).
En el ámbito emocional y existencial, el TDAH puede afectar la autoimagen y la capacidad de encontrar un sentido y propósito en la vida (Young et al., 2017). La interacción entre los aspectos neurofisiológicos, cognitivo-conductuales y humanistas-existenciales puede tener un impacto significativo en la vida diaria, generando problemas como procrastinación, estrés, baja autoestima y problemas emocionales (Barkley, 2010). En algunos casos, las personas con TDAH pueden desarrollar trastornos de ansiedad, depresión u otros trastornos del estado de ánimo debido a la carga emocional y los desafíos diarios que enfrentan (Kessler et al., 2005).
¿Cómo se trata el TDAH en adultos?
El tratamiento del TDAH en adultos generalmente combina medicación, terapia y apoyo. Los medicamentos estimulantes, como el metilfenidato y la anfetamina, son tratamientos farmacológicos comunes (Kooij et al., 2010). La terapia cognitivo-conductual y la terapia humanista-existencial también pueden ser útiles para abordar las dificultades cognitivas y emocionales asociadas con el TDAH (Safren et al., 2010; Young et al., 2017).
Además, el apoyo de grupos de autoayuda y la educación sobre el trastorno pueden mejorar la comprensión y el manejo del TDAH en la vida diaria.
Es fundamental considerar el contexto cultural y social en el que se desenvuelve la persona con TDAH para ofrecer un tratamiento adecuado y adaptado a sus necesidades (Stevens et al., 2013). La intervención psicoeducativa, tanto para el paciente como para su familia y entorno cercano, es esencial para promover la comprensión y aceptación del trastorno, así como para desarrollar estrategias efectivas de afrontamiento y manejo de los síntomas (Kendall et al., 2010).
El seguimiento regular con profesionales de la salud mental es esencial para monitorear el progreso y ajustar el tratamiento según sea necesario. La colaboración entre el individuo, su familia y el equipo de tratamiento es crucial para garantizar que se aborden las necesidades específicas y se logre una mejora sostenible en la calidad de vida (Ramsay, 2017).
En conclusión, el diagnóstico y tratamiento adecuados del TDAH en adultos son fundamentales para mejorar su calidad de vida y funcionamiento tanto en el ámbito laboral como personal. La interrelación entre las bases neurofisiológicas, cognitivo-conductuales y humanistas-existenciales destaca la importancia de abordar los síntomas y problemas relacionados con el TDAH de manera integral. La colaboración entre el individuo, su familia y los profesionales de la salud mental es clave para lograr resultados exitosos en el tratamiento y seguimiento del TDAH en adultos.
Por lo tanto, es esencial promover un enfoque holístico e integral en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento del TDAH en adultos para mejorar su bienestar y apoyar su pleno desarrollo personal y profesional. Solo a través de una atención adecuada y personalizada, basada en la comprensión profunda de las múltiples dimensiones del TDAH y sus efectos en la vida de las personas afectadas, podremos marcar una diferencia positiva en su calidad de vida y lograr que alcancen su máximo potencial.
Fuente: https://psicologiaymente.com/clinica/tdah-en-adultos-enfoque-integral