- ¿Qué es el trastorno de estrés postraumático?
El TEPT es un trastorno de ansiedad cuyos criterios diagnósticos son:
- La persona ha sido expuesta a un acontecimiento traumático.
- El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente.
- Existe evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la reactividad general del individuo ausente antes del trauma.
- Síntomas persistentes de aumento de la activación.
- Alteraciones que se prolongan más de un mes y que provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
La característica esencial de este trastorno es la aparición de los síntomas descritos tras la exposición a un acontecimiento estresante y extremadamente traumático y donde la persona ha vivido hechos que representan un peligro real para su vida o cualquier otra amenaza para su integridad física.
- ¿Qué es el trauma complejo?
El concepto de trauma complejo aparece tras la observación de los profesionales en los cuales los menores que han sido expuestos a una situación estresante como puedan ser negligencias, abusos físicos y emocionales, pueden desarrollar unos traumas cuyos síntomas no se excluyen en el trastorno de estrés postraumático.
- Síntomas que distintos estudios marcan como pertenecientes a un trauma complejo.
- Alteración en la regulación de los impulsos afectivos, incluyendo dificultad para modular la rabia y las conductas autodestructivas. Esto indicaría un déficit en la regulación emocional y el autocontrol e incluso las adicciones y comportamiento autolesivo que son paradójicamente usadas como salvavidas.
- Alteraciones en la autopercepción, así como un sentido crónico de culpabilidad y de responsabilidad personal que cursa con sentimientos de intensa vergüenza.
- Alteraciones en la percepción del maltratador, incluyendo aceptación, dependencia e incorporación de su sistema de creencias.
- Alteraciones en las relaciones con los otros, incluyendo dificultad para confiar e intimar, sensación de vulnerabilidad y peligro en las nuevas relaciones.
- Somatización y problemas médicos.
- Alteraciones en el sistema de significados, tiene gran desesperanza, creen que no encontrarán a nadie que les entienda. Mantienen el conflicto interno con grandes niveles de angustia y buscan a quien les ayude a recuperarse de ello.
- Aspectos más relevantes sobre el maltrato en el ámbito familiar.
El maltrato en el ámbito familiar está asociado al maltrato físico, que es la forma más fácil de identificarlo, pero no es la más frecuente. Puede estar asociado a otras formas de maltrato como la negligencia, el maltrato emocional y el abuso sexual.
Cualquier caso de negligencia grave en el maltrato físico alimenticio y sanitario junto con los malos tratos físicos producen una elevada mortalidad en los menores de 3 años.
El maltrato físico se puede observar a través de una serie de lesiones que suelen ser las más comunes y por las que suelen ser atendidos los menores. Estas son: lesiones en la piel y en la mucosa, quemaduras, traumatismos craneoencefálicos provocados. Otras formas graves en las que se observan los malos tratos son las lesiones de vísceras huecas o solidas, las fracturas óseas y las intoxicaciones no fortuitas. Estas lesiones no provocadas tienen unas características específicas de localización, de forma y de color, distintas de las que se producen de forma fortuita.
Posibles consecuencias: los malos tratos físicos de los que estamos hablando van a tener consecuencias negativas sobre el crecimiento y el desarrollo del niño con repercusiones cínicas como pueden ser: anorexia, bulimia, enuresis, encopresis, retraso en el crecimiento no orgánico. En estos casos también deben considerarse como posible etiología otro tipo de maltrato como es el emocional.
5 ¿Cómo detectar falsos testimonios?
De Young plantea un procedimiento en 3 pasos para detectarlo:
- Evaluación de la declaración del niño o del adulto, utilizando criterios como la claridad, el retraso en denunciar lo sucedido, inseguridad del niño.
- Análisis sistemático y riguroso de los detalles aportados acerca del abuso sexual.
- Síntomas del niño como indicadores de que se ha producido el abuso sexual.
También hay que tener en cuenta la evaluación psicológica del niño y el análisis de su declaración de acuerdo con determinados criterios. Los criterios están divididos en categorías. Estas son:
- Características generales. Trata de analizar las operaciones en su conjunto teniendo en cuenta los siguientes criterios:
- Estructura lógica.
- Cantidad de detalles.
- Producción desestructurada
- Contenidos específicos.
- Adecuación contextual.
- Descripción de interacciones.
- Reproducción de conversaciones.
- Complicaciones inesperadas.
- Peculiaridades del contenido.
- Detalles inusuales.
- Detalles irrelevantes.
- Detalles mal interpretados pero descritos con exactitud.
- Asociaciones externas relacionadas.
- Explicaciones sobre su estado mental durante los abusos.
- Atribución de un estado mental al perpetrador
- Contenidos relacionados con la motivación.
- Correcciones espontáneas.
- Admisión de falta de memoria sobre alguna parte del incidente.
- Planteamiento de dudas sobre su propio testimonio.
- Desprecio por uno mismo.
- Perdón del agresor.
Por último hay que hacer una comprobación de la validez de la entrevista.
- Tratamiento del trastorno de estrés postraumático.
La experiencia en adultos es que la técnica de exposición, ya sea en imaginación o en vivo es un tratamiento eficaz. De esta manera los pocos estudios sobre la infancia indican que también es adecuado para esta etapa. Junto con esta técnica se emplea otra como el tratamiento en relajación y alguna estrategia cognitiva.
No podemos estipular la duración del tratamiento ya que depende de muchas variables. Una aproximación a partir de algunas propuestas es una evaluación de unas 6-8 horas en varias sesiones, y el tratamiento en unas 8-16 sesiones de entre 60-90 minutos cada una.
Debemos de tener en cuenta que no hay unas reglas definidas y recordar que la edad del menor es lo importante, por lo que niños más pequeños necesitarán más sesiones que no excedan de 45 minutos cada una de ellas.
Para el planteamiento del tratamiento se deben tener en cuenta varias cosas: si los niños saben leer y escribir, el lenguaje debe ajustarse a su edad y comprensión para que haya una comunicación óptima, se debe reforzar al menor durante todo el tratamiento para que sepa qué es lo que hizo correcto. El terapeuta debe mostrar tranquilidad y evitar reacciones de sorpresa o indignación cuando el menor describa situaciones comprometidas. Las expectativas y conocimientos del terapeuta también son muy importantes junto a la creatividad e imaginación para cercarse al niño y la situación traumática a través de actividades, juegos, dibujos, películas, marionetas o muñecos.
- El papel de las personas cercanas en la recuperación del trauma.
A lo largo del tratamiento la comunicación entre el terapeuta y los cuidadores del menor, ya sean o no sus padres, será muy importante para la consecución de las tareas, la adherencia terapéutica y el fortalecimiento de las habilidades adquiridas en terapia.
Algunas cosas que las personas del entorno cercano del niño deberán trabajar son:
- No etiquetar al niño.
- No hacerle sentir vergüenza o rechazo por manifestar el miedo y la ansiedad.
- Brindar apoyo cuando el niño lo necesite y lo pida.
- Reforzar los pequeños logros en el día a día.
Deberemos tener en cuenta algunas variables relacionadas con padres del menor que pueden suponer un impedimento para la consecución de los objetivos terapéuticos, pues en estos casos será mejor no contar con ellos. Los casos de los que hablamos son aquellos en los que uno o ambos progenitores presentan trastornos psiquiátrico o en los casos en los que se detecte alguna disfunción familiar o problema de pareja entre ellos.
Es conveniente que los adultos cercanos a estos niños:
- Siempre digan la verdad al niño.
- Decirle solo aquello que puedan entender.
- No dar más información de la que el niño pueda asumir.
- Responder siempre a las preguntas.
- Decírselo con naturalidad, poco a poco con un tono emocional adecuado, buscando algún aspecto positivo y ofreciendo siempre el máximo apoyo emocional.
- En los días siguientes a la situación traumática habrá que proporcionarle apoyo emocional, mantener las rutinas, observar cómo expresa sus sentimientos, atender a los sentimientos de culpa, trasmitir valores.
- Plantearse acudir a un especialista si pasa el tiempo y no mejora, si presenta síntomas bruscos de cambio de humor, reacciones exageradas de irritación o agresividad, que quiera estar solo y evitar la compañía de amigos y familiares, los cambios importantes en el sueño y la comida o el rendimiento escolar bajo.
Manuel Bobis Reinoso. Máster en psicología infantil ITEAP.